Celia, tú eres muy pequeña para saber lo que es la navidad, también para saber que las cosas terminan, como los años, y que el tiempo es una invención de los hombres que sienten que son más fáciles las cosas si se les pone nombre. Nombre a los años, nombre a los meses, a ciertos días. Nos vemos el martes, decimos, haciendo planes para dentro de unos días, hasta el año que viene, que pases una feliz navidad. Decimos cosas así, Celia, para desearnos que los tiempos que vengan sean mejores o al menos iguales que los que estamos viviendo en este instante. Nadie quiere nada que sea peor. Por eso también en estas fechas ponemos extrañas figuras en nuestras casas o compramos unos árboles fríos y verdes -aunque yo este año no lo haya puesto, y no tiene importancia, porque seguramente lo haré el año que viene y tú lo harás también al siguiente y al otro-, porque todos lo hacemos, como una especie de superstición, porque en estas fechas la gente, extrañamente, no te digo que no, nos abrazamos si nos vemos por las calles, los amigos te llaman, amigos que incluso pensabas perdidos -los que más-, los primos se reencuentran, es fácil que te hagan regalos y tú también los harás o que eches de menos a esa persona que por primera vez después de mucho tiempo no pasa las navidades contigo, las primeras navidades sin ti, le dirías. También te pasarán estas cosas, porque la vida es así y nadie está libre de los imprevistos, y para entonces ya te leeré un poema de José Agustín Goytisolo que tengo en mente mientras escribo estas palabras pensando en ti, aunque quién sabe, tal vez tú no lo necesites y entonces sólo te lo lea por el puro placer de las cosas bien dichas.
Sí, lo entiendo, yo también lo pensaba, ¿por qué sólo pasan estas cosas ahora, por qué ahora todos somos buenos, por qué ahora nos reímos, somos amables, decimos palabras como solidaridad, benevolencia...? Pues nadie lo sabe, al menos yo no, pasa, y a veces es mejor que pase ahora que nunca.
Pero además este año sucede algo especial, Celia, los días han cambiado y hay un nuevo nombre para los años, una nueva forma de medir el tiempo, es así, fácil: "la primera navidad contigo", porque el tiempo ahora se nombra como si hubiera un antes y un después de tu nacimiento, porque los días después ya no serán nunca iguales que los de antes, que aquella navidad lejana de 2007, cuando tú aún no habías nacido y yo no era tu tío y estábamos tan solos el uno sin el otro.
Sí, lo entiendo, yo también lo pensaba, ¿por qué sólo pasan estas cosas ahora, por qué ahora todos somos buenos, por qué ahora nos reímos, somos amables, decimos palabras como solidaridad, benevolencia...? Pues nadie lo sabe, al menos yo no, pasa, y a veces es mejor que pase ahora que nunca.
Pero además este año sucede algo especial, Celia, los días han cambiado y hay un nuevo nombre para los años, una nueva forma de medir el tiempo, es así, fácil: "la primera navidad contigo", porque el tiempo ahora se nombra como si hubiera un antes y un después de tu nacimiento, porque los días después ya no serán nunca iguales que los de antes, que aquella navidad lejana de 2007, cuando tú aún no habías nacido y yo no era tu tío y estábamos tan solos el uno sin el otro.