
Norfolk está al margen de todo, no es un lugar de paso, está, se pasa por Norfolk para ir a Norfolk. Últimamente intento pasar el mayor tiempo posible aquí. Es un lugar tranquilo, donde estamos los que estamos, un lugar de objetos y seres perdidos, nuestro lugar de momentos perdidos particular. No es una idea original, lo sé, la saqué una tarde de una novela, mientras leía Nunca me abandones de Kazuo Ishiguro, lo vi claro, por qué no viajar a Norfolk, no para algo, simplemente para ir a Norfolk.
Me gusta estar en esta ciudad, me imagino siendo Philip Larkin, en su biblioteca de la Universidad de Hull, de hecho fue una de las primeras excursiones que hice, pero Hull es como Philip Larkin, algo huraña y, como el poeta de Ventanas altas, está bien donde está, lejos de todos por elección propia y voluntaria. Y así estoy yo en Norfolk, en mi propio Norfolk, feliz de tener mi tiempo justo donde quería tenerlo.