Cien famosas vistas de Edo
Viejas estampas de Edo,
dibujadas con trazos luminosos,
árboles que transitan
desde el cercano invierno
a la inquietante primavera,
apenas con un rosa
sobre las ramas esbozadas junto al río
-la anguila de agua dulce
se esconde en sus ribazos-.
El cinabrio vuelve otoñales los cerezos,
el verde inunda las planicies,
¡aire de Edo en la brisa
cambiante del riachuelo Furukawa!
El maestro Hiroshige
sabe que la belleza
ya existe en la mirada previa
como la fruta existe
en las ramas en flor.
Viejas estampas de Edo,
dibujadas con trazos luminosos,
árboles que transitan
desde el cercano invierno
a la inquietante primavera,
apenas con un rosa
sobre las ramas esbozadas junto al río
-la anguila de agua dulce
se esconde en sus ribazos-.
El cinabrio vuelve otoñales los cerezos,
el verde inunda las planicies,
¡aire de Edo en la brisa
cambiante del riachuelo Furukawa!
El maestro Hiroshige
sabe que la belleza
ya existe en la mirada previa
como la fruta existe
en las ramas en flor.
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