Vamos a ver, me digo, escribe algo que sea simpático, algo con esa chispa que en ciertos momentos tienes, pero no te lo creas tampoco, bueno o sí, creételo. Escribe algo, me digo, para despedirte este verano.
Llevo cuatro meses sin descubrir por qué la gente visita a diario una de las entradas de este blog, La tarde más disparatada del mundo, pero es así y qué le voy a hacer. He pensado: me están estudiando en una universidad del oeste de Estados Unidos. He pensado: una agencia de información secreta utiliza mi entrada para codificar sus textos. He pensado: una secta peligrosa de fieles adeptos de lo zafio lee como un mantra una y otra vez mi entrada antes de dedicarse a cometer sus terribles crímenes que consiten en comer pipas por las calles peatonales del centro de cualquier ciudad y tirar las cáscaras al suelo. Malditos. He pensado también: ¿no será que tú inconscientemente entras una y otra vez en la misma entrada y luego, como un digno ciclotímico, lo olvidas?
Llevo ocho o nueve meses dale que te pego a este blog, he contado y descontado, he negado, afirmado, retocado, remozado, reelaborado vida, ficción, verdad, mentira. Dios mío, cuántas cosas, y además he dejado por escribir varias entradas, una sobre Alburquerque y una niña murciana que quería irse a vivir a esta ciudad americana, ser negra y cantar gospel, otra sobre otra niña que quería un perro y su madre le dio una caja con un cordel primorosamente atado para que lo paseara, hoy otra sobre Michael Jackson, que se ha muerto, aunque en realidad sabía que llevaba muchos años ya en esa isla del Caribe donde vive Elvis y sus excentricidades no son más que verdaderas genialidades que los fan agrandarán y que los detractores esgrimirán para derrocar este ídolo extraño, ajeno a la vida, enfermizo y vacío.
Llevo ocho o nueve meses dale que te pego a este blog, he contado y descontado, y ahora más que nunca creo que lo voy a dejar a la sombra de estas palabras, tranquilo, a la espera de nuevos días y de nuevas historias. Y ya más tranquilo, ya más yo, solo quiero deciros que os quiero, que todo esto lo he hecho por mí y en parte, por qué no admitirlo, por vosotros. Un beso. Hasta pronto. Disfruten.
Llevo cuatro meses sin descubrir por qué la gente visita a diario una de las entradas de este blog, La tarde más disparatada del mundo, pero es así y qué le voy a hacer. He pensado: me están estudiando en una universidad del oeste de Estados Unidos. He pensado: una agencia de información secreta utiliza mi entrada para codificar sus textos. He pensado: una secta peligrosa de fieles adeptos de lo zafio lee como un mantra una y otra vez mi entrada antes de dedicarse a cometer sus terribles crímenes que consiten en comer pipas por las calles peatonales del centro de cualquier ciudad y tirar las cáscaras al suelo. Malditos. He pensado también: ¿no será que tú inconscientemente entras una y otra vez en la misma entrada y luego, como un digno ciclotímico, lo olvidas?
Llevo ocho o nueve meses dale que te pego a este blog, he contado y descontado, he negado, afirmado, retocado, remozado, reelaborado vida, ficción, verdad, mentira. Dios mío, cuántas cosas, y además he dejado por escribir varias entradas, una sobre Alburquerque y una niña murciana que quería irse a vivir a esta ciudad americana, ser negra y cantar gospel, otra sobre otra niña que quería un perro y su madre le dio una caja con un cordel primorosamente atado para que lo paseara, hoy otra sobre Michael Jackson, que se ha muerto, aunque en realidad sabía que llevaba muchos años ya en esa isla del Caribe donde vive Elvis y sus excentricidades no son más que verdaderas genialidades que los fan agrandarán y que los detractores esgrimirán para derrocar este ídolo extraño, ajeno a la vida, enfermizo y vacío.
Llevo ocho o nueve meses dale que te pego a este blog, he contado y descontado, y ahora más que nunca creo que lo voy a dejar a la sombra de estas palabras, tranquilo, a la espera de nuevos días y de nuevas historias. Y ya más tranquilo, ya más yo, solo quiero deciros que os quiero, que todo esto lo he hecho por mí y en parte, por qué no admitirlo, por vosotros. Un beso. Hasta pronto. Disfruten.
4 comentarios:
Pasa un gran verano y recarga el alma de historias con las que podamos aprender.
Grácias
Continua dale que te pego, que nosotros disfrutamos.
Te deseo el mejor de los veranos.
Gracias.
el verano es mágico...con sus tormentas de verano, su sol de verano, sus atardeceres de verano, amigos de verano, charlas de verano que no vuelven.
disfrutar y brillar que todo es tan efímero como un verano
LA niña de Alburquerque siempre te echa de menos, con admiración y gracejo a dosis parejas Un abrazo, Antonio. Grande, como siempre eres tú.
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