Leo en Lengua de madera, una selección de poemas breves traducidos por Hilario Barrero, un poema de Emily Dickinson, se titula Di la verdad pero dila oblicuamente
Di la verdad pero dila oblicuamente.
El éxito radica en el circunloquio.
Demasiado brillante para nuestra débil delicia,
la soberbia sorpresa de la verdad
ha de ser explicada con delicadeza,
como se le explica a un niño un relámpago.
La verdad debe deslumbrar poco a poco,
o todo el mundo quedaría ciego.
Un momento después reviso las novedades que mis amigos comparten por facebook y veo las fotos de los almendros en flor y recuerdo lo lejos que había quedado mi recuerdo de los almendros camino de Fuente Álamo, la blancura de sus hojas en la cuneta de la carretera un día después de envolver en una nieve ilusoria el momento de los árboles, también los cerezos en la plaza donde me crie. Qué lejos, de pronto. Y vuelvo a escribir un poema, breve, pero para mí importante.
De aquellas flores de cerezo
tan solo quedan las palabras,
negras esquirlas sobre el blanco oblicuo
de la verdad.
Di la verdad pero dila oblicuamente.
El éxito radica en el circunloquio.
Demasiado brillante para nuestra débil delicia,
la soberbia sorpresa de la verdad
ha de ser explicada con delicadeza,
como se le explica a un niño un relámpago.
La verdad debe deslumbrar poco a poco,
o todo el mundo quedaría ciego.
Un momento después reviso las novedades que mis amigos comparten por facebook y veo las fotos de los almendros en flor y recuerdo lo lejos que había quedado mi recuerdo de los almendros camino de Fuente Álamo, la blancura de sus hojas en la cuneta de la carretera un día después de envolver en una nieve ilusoria el momento de los árboles, también los cerezos en la plaza donde me crie. Qué lejos, de pronto. Y vuelvo a escribir un poema, breve, pero para mí importante.
De aquellas flores de cerezo
tan solo quedan las palabras,
negras esquirlas sobre el blanco oblicuo
de la verdad.
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