El martes 9 de mayo leí por primera vez en el ciclo Poetas en el Museo que organiza desde hace ya tantos años el Museo Ramón Gaya, uno de los pocos espacios que sobrevive a la presión del desmantelamiento de la cultura y de lo público de esta ciudad. Afortunadamente Perséfone, la primavera y las terrazas, donde tomarse una marinera con una cervezas, también forman parte del paisaje.
Leí acompañado de mi amigo y hermano por elección Salva Robles, que también participó en la redacción del texto que pusimos en pie. Tuvimos el honor de ser precedidos por las palabras de otra de esas personas que merece un museo con el mimo y el cariño de este, Soren Peñalver.
Muchas gracias a todos por asistir y por participar en esta lectura breve pero que quisimos que fuera intensa y rozara la impresión y la sensación de una comunicación emocional donde los sonidos de la vida cotidiana y la palabra coincidieran, aunque solo fuera momentáneamente.
1 comentario:
Enhorabuena Aantonio.
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