y Pobre lémur de mi vida en la revista Periplo
https://issuu.com/revistaperiplo/docs/periplo_junio_11
La comunidad de los despechados
https://issuu.com/revistaperiplo/docs/periplo_febrero_2011
y Pobre lémur de mi vida en la revista Periplo
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La comunidad de los despechados
https://issuu.com/revistaperiplo/docs/periplo_febrero_2011
He visto un video de Mariano Blatt donde aparece la humedad. No es que la humedad exista. Afirmar a estas alturas que la humedad exista me parece algo innecesario, irrisorio. Todo el mundo sabe que las cosas dejaron de existir hace mucho tiempo, que dejaron un hueco y que ese hueco cada vez se hace más y más grande, como la humedad, y aunque no sabemos si estaba allí o si estaba en otro lado, seguimos con la costumbre de señalar un espacio cualquiera, un punto definido en el momento en el que hablamos pero realmente indefinido en el momento después, porque aunque decimos, mira, eso era la humedad, la humedad estaba allí, en realidad no está ahí, ni siquiera en el mejor de los casos, ha dejado de estar ahí o estuvo ahí, es que por más que sintamos nostalgia, dejó de existir, y cuando una cosa deja de existir simplemente no está. Por eso me ha emocionado ver a Mariano Blatt andar con su bicicleta hablando de la humedad sin saber que estaba hablando de la humedad. Para un habitante del desierto una imagen que ha sido creada para otra finalidad, posiblemente, para seducir a una muchacha o a un muchacho, para seducir a un profesor de literatura, para ganar el Nobel o para darnos gusto a nosotros mismos, también puede usarse para alimentar la nostalgia, para darle un poco de agua a su sed, de tal manera que la alimentamos para que no le pase como a la humedad o a la propia nostalgia y terminen por desaparecer.