Hoy he vuelto a hacer ciclo. A tope. Al menos los primeros diez minutos, luego me he sosegado, que no quería verme en urgencias.
En el vestuario me he acalorado otra vez. De pronto, veo a dos señores, se trata de un club con ínfulas, pero no tantas como para no admitir a gente de mi calaña. Es, pese a lo que algunos piensan, un centro de clase media con aires, diría yo. Esos señores estaban hablando de la Ayuso, lo típico parece ser en este club últimamente, y eso que no vivimos en Madrid.
Escucho: "¿Quién va a la sanidad pública?" Se pregunta uno y automáticamente, en un ejercicio de reflexibilidad, se contesta: "la chusma". Y añade, envalentonado, "Porque, cuándo tú estás malo dónde vas".
En ese momento pienso de forma sincera que dios te libre de una enfermedad cruenta y carísima.
Finalmente, contesta el otro, que hasta ese momento sólo asiente con la cabeza: "A la clínica privada -y añade - siempre que no sea grave, en ese caso me voy a urgencias de la pública".
No hay más preguntas, señoría.

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