Empiezo esta entrada sin saber lo que voy a decir. Empiezo esta entrada, sin embargo, sabiendo sobre lo que quiero decir. No siempre sabemos a dónde vamos, dónde vamos a parar, qué o quién nos esperará al final, pero es más fácil saber de dónde venimos, desde dónde partimos, qué hay detrás que nos empuja hacia delante. Eso también pasa con las palabras. Aunque parezca extraño, sabiendo de dónde venimos es más fácil saber dónde vamos a parar. Sabiendo de dónde vienen las palabras es más fácil saber dónde van a parar ellas y nosotros, usándolas, beneficiándonos aún del aliento de la primera persona que las pronunció o las esbozó sobre una libreta, para comprar una barra de pan o para escribir un poema en un avión de papel que arribe en la ventana de una joven con pecas.
Recordar viene del término latino recordari, y este a su vez de la palabra cor, corazón, dice Joan Coromines en el Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, que estos días se puede comprar conjuntamente con varios periódicos, los sábados con La verdad, los domingos, con el ABC.
Hoy he llamado a una amiga por teléfono y me ha hecho recordar quién fui, cómo me sentía hace años, cuando era más joven y más audaz y más tonto. Y de pronto me sucede lo mismo que con las palabras, que nunca sé dónde voy a terminar, que nunca sé dónde vamos a terminar, por eso he buscado su nombre en el diccionario y he encontrado nuestro origen, hace unos días, apenas unas semanas, un tiempo relativo y entonces he escrito esto, sobre el futuro y las cosas por venir.
Recordar viene del término latino recordari, y este a su vez de la palabra cor, corazón, dice Joan Coromines en el Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, que estos días se puede comprar conjuntamente con varios periódicos, los sábados con La verdad, los domingos, con el ABC.
Hoy he llamado a una amiga por teléfono y me ha hecho recordar quién fui, cómo me sentía hace años, cuando era más joven y más audaz y más tonto. Y de pronto me sucede lo mismo que con las palabras, que nunca sé dónde voy a terminar, que nunca sé dónde vamos a terminar, por eso he buscado su nombre en el diccionario y he encontrado nuestro origen, hace unos días, apenas unas semanas, un tiempo relativo y entonces he escrito esto, sobre el futuro y las cosas por venir.
3 comentarios:
¡Qué maravilla la etimología, el hilo siempre presente que nos ata al pasado y nos conduce suavemente de la mano hacia el futuro!
ReCORdar, y tener presente que siempre lo hacemos con el CORazón, que es el lugar en el que siempre hemos figurado tener los sentimientos.
Si no tenías claro hacia dónde conducías esta entrada al empezar a escribirla, da ahora por seguro que no podrás controlar hasta sonde nos llevará a los demás.
Muchas gracias.Espero que a algunos los lleve al quiosco o a las bibliotecas. A otros nos lleva a movernos con el corazón, a impulsos, a recoger el aliento de las cosas que siempre han estado ahí, que vienen desde lejos, y desplegar nuevas velas a su favor.
¡Siempre da gusto leer ideas sensatas!
Al corazón hay que prestarle oídos pero es resulta enrevesado seguir sus consejos.
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