viernes, 26 de marzo de 2010

Vacaciones



Pasan las horas y me pongo más nervioso, pero es la inquietud de la alegría. El deseo de que todo salga bien, aún sabiendo que en un viaje las cosas no salen ni bien ni mal, salen, simplemente, como en la vida y lo demás depende de nosotros.

No sé decirlo de otra forma. Las vacaciones, el verano, tú y yo.

lunes, 22 de marzo de 2010

Concha Martínez Barreto, mi heroína.


Aunque mañana madrugo y me levanto a eso de las cinco de la mañana, no quería acostarme sin escribir algo especial en mi salón de los pasos perdidos. Llevo una semana en la que siempre me acuerdo tarde de los otros, tarde del cumpleaños de Diego -aunque intentaré apañarlo con un mensaje que aluda al ritmo de la noche- tarde del santo de Alberto, que en realidad es José Alberto, y se sirve de uno y otro nombre según sus intereses malvados, tarde en no sé qué que alguien se encargará de recordarme cuando sea ya tarde para subsanarlo.

Pero hoy no quiero llegar tarde y tal vez sería algo tarde si escribiera esto cuando volviera de viaje. Mi amiga Concha expone. Han pasado muchas cosas en estos últimos años en su vida y, por qué no, en la nuestra, en esta parte de la vida que ha sido en primera persona del plural. Y de esa parte yo me quedo, sin lugar a dudas, con aquellos recreos en los que iba a buscarme a la biblioteca.

Mi querida Concha expone. Y yo me siento muy feliz porque es una de mis heroínas junto a Ana Martínez, y me encantaría que algún día ilustrara mis poemas, los recrearan las dos, les dieran una nueva vida con piel de lienzo o plático o fibra de vidrio o yo qué sé, porque el arte cambia continuamente, se nutre de todo, de todo se vale.

Querida Concha sólo he escrito esto para recordarte que en mi corazón siempre tienes un huequecito en vecindad con el Sánchez-Carrasco, y también recordarme que aunque mi corazón es amplio y confortable, yo prefiero imaginarte en tu estudio pintando y con sus ventanas abiertas al infinito.

P.d.: Ay, perdóname por la foto, pero es que no he podido evitar la tentación. Por cierto, ya informaré del lugar y de las fechas.

jueves, 18 de marzo de 2010

Otro salón de los pasos perdidos hallado en una página de internet


La primera foto la encontré en internet y de pronto me asombró. Pensé, es mi salón de los pasos perdidos. Las otras dos son fotos de Encarna o de Jose, que no sé quién llevaba la cámara.

miércoles, 17 de marzo de 2010

La poesía como una caja de tormentas. Visita al IES Santa María de los Baños de Fortuna


Yo me encontré con mi caja de tormentas por casualidad, un día buscando no sé qué de entre no sé qué otras cosas. Asómbrate, porque mi caja de tormentas tenía la forma de cualquier caja, ni más ni menos, una caja de cartón y además vacía. Al principio pensé en tirarla, en ponerle la etiqueta de “caja inservible”, pero pronto, al mirarla de otra manera, al darle la vuelta, me di cuenta de que podía servir para llenarla de cosas y empecé poco a poco a ir guardando los recortes de mi vida.

Un día leí entre sueños “El poeta Antonio Aguilar se ha enamorado” y al despertarme lo eché a la caja. Después, mientras iba por la calle ensimismado leyendo unos titulares del periódico me encontré con un pensamiento “Si el amor es bueno, enamorarse tiene que ser la leche” y lo eché también a la caja. Eché unos ojos entre verdes y azules, el recuerdo del mar, el paso del tiempo, pero no sólo el paso del tiempo que nos agobia porque no nos ha dado ese mismo tiempo a hacer nada, a hacer esto o aquello, sino el paso del tiempo que se ralentiza hasta llegar a ti, el de la impaciencia hasta que tú me escuchas. Y guardé también ese TÚ mayúsculo en mi caja de tormentas.

Pero las cosas por sí solas, como ideas, tienen querencia de las formas, pensé. Es decir, me dije, de forma más clara, necesitaba una hebra para ir tirando, para desenredar el ovillo de mis sentimientos, porque enamorarse es fácil, pero otra cosa es contarlo, es ponerlo por palabras. Afortunadamente en mi caja de tormentas encontré por azar un paralelismo, algo que había hallado días antes en una conversación entre dos señores. “La casa estaba llena, -le dijo el más alto. -Tu hijo parecía alegre –añadió el que a la sazón no tenía más remedio que ser el más bajo. Y me quedé con eso, con el sujeto (determinante y nombre, cogidos de la mano), con el verbo, con atributo. Y entonces me puse a escribir con mi caja al lado, con mi caja que había agitado una, dos, y hasta tres veces. Y escribí:

“LA CASA ESTABA LLENA
EL MAR VENÍA CANSADO
LA TARDE TRAÍA UN POCO DE LLUVIA
TUS OJOS ESTABAN CERCA
MIS MANOS ESTABAN LEJOS”.

Pero al leerlo me di cuenta de que podía cambiar cosas, de que podía podar aquel árbol, darle otra forma, un hermano gemelo. Y seguí:

“LA CASA ESTABA LLENA contigo,
Contigo (añadí porque así encadenaba los versos) EL MAR VENÍA ¿CANSADO? (y lo taché, y pensé, contigo el mar sólo podía venir alegre, muy alegre)
LA TARDE TRAÍA UN POCO DE LLUVIA
Pero (y escribí “pero”, porque no importaba la lluvia, ni las nubes si…) TUS OJOS ESTABAN CERCA, y aunque en un principio pensé que escribir que “mis manos estaban lejos” era una manera de acentuar el deseo, luego pensé que no, que aunque me gustaba el primer poema, éste también podría tener un hermano gemelo algo más feliz, más mío y dije:) Y MIS MANOS ESTABAN CERCA”.

Porque las manos tenían que estar cerca, cerca porque las manos son las que tocan, las que nos hacen que las cosas parezcan de verdad, las que palpan para asegurarnos que esto está ahí, que tal vez seas tú, que tu piel es suave, que tus palabras salen de tu boca, de tu cuerpo que también eres tú, la mitad de ti que puedo tocar, sentir, ver, oler.

¿Y así quedó la cosa?
Pues no lo sé porque las cosas tienen su tiempo y quién sabe dónde van a terminar, pero lo que sí empezaba a tener claro era lo que una caja de tormentas debería de tener dentro, y empecé a enumerar:

-TIEMPO. Para que todo se cueza en su tiempo justo. Ni antes, ni después. Justo en el momento oportuno.

-OJOS QUE MIRAN Y VEN.

-UN CORAZÓN QUE SE SORPRENDE.

-UN MONTÓN DE PALABRAS. Palabras mágicas porque lo mismo sirven para comprar el pan que para decirte lo que te quiero, lo que te odio, lo que te echo de menos, lo bien que estoy solo, lo feliz que me hace ser tu amigo, pensarte, escribirte, abrazarte…

-SIEMPRE LA MÚSICA. No es lo mismo decir que cantar, cantando las penas se espantan, las nubes se…, ritmos, cosas que se repiten, palabras, acentos, como las gotas de lluvia en la ventana, como las olas del mar, como los días uno tras otro… como el ruido del boli sobre la mesa, como las palmadas del profesor de taekwondo.

-Y UN TÚ QUE SERÁ UN YO CUANDO ESCRIBAS, un yo expansivo que quiere compartir con los demás su experiencia de vivir.

Fortuna, 16/03/2010.

sábado, 13 de marzo de 2010

Miguel Delibes


La sombra del ciprés es alargada (1947). Aún es de día (1949). El camino (1950). El loco (1953). Mi idolatrado hijo Sisí (1953). La partida (1954). Diario de un cazador (1955). Siestas con viento sur (1957). Diario de un emigrante (1958). La hoja roja (1959). Las ratas (1962). Europa: parada y fonda (1963). La caza de la perdiz roja (1963). Viejas historias de Castilla la Vieja (1964). Usa y yo (1966). El libro de la caza menor (1966). Cinco horas con Mario (1966). Parábola del náufrago (1969). Por esos mundos : Sudamérica con escala en las Canarias (1970). Con la escopeta al hombro (1970). La mortaja (1970). La primavera de Praga (1970). Castilla en mi obra (1972). La caza de España (1972). El príncipe destronado (1973). Las guerras de nuestros antepasados (1975). Vivir al día (1975). Un año de mi vida (1975). SOS : el sentido del progreso desde mi obra (1976). Alegrías de la Caza (1977). El disputado voto del señor Cayo (1978). Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo (1978). Un mundo que agoniza (1979). Las perdices del domingo (1981). Los santos inocentes (1982). El otro fútbol (1982). Dos viajes en automóvil: Suecia y Países Bajos (1982). Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso (1983). La censura en los años cuarenta (1984). El tesoro (1985). Castilla habla (1986). Tres pájaros de cuenta (1987). Mis amigas las truchas (1987). 377A, Madera de héroe (1987). Mi querida bicicleta (1988). Dos días de caza (1988). Castilla, lo castellano y los castellanos (1988). Mi vida al aire libre (1989). Nacho, el mago (1990). Pegar la hebra (1991). El conejo (1991). Señora de rojo sobre fondo gris (1991). La vida sobre ruedas (1992). El último coto (1992). Un deporte de caballeros (1993). 25 años de escopeta y pluma (1995). Los niños (1995). Diario de un jubilado (1996). He dicho (1997). El hereje (1998). Los estragos del tiempo (1999). Castilla como problema (2001). Delibes-Vergés. Correspondencia, 1948-1986 (2002). España 1939-1950: Muerte y resurrección de la novela (2004). La tierra herida: ¿qué mundo heredarán nuestros hijos? (2005). Escrito conjuntamente con su hijo Miguel Delibes de Castro.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Besos

El beso de Ouka Lelee


Él había llegado un lunes por la noche. Después de cenar se sentaron en el salón. De pronto, como movidos por un deseo irrefrenable se besaron. Al principio no le dieron más importancia, pero al comprobar en el reloj de pared que había pasado una breve eternidad (pero a fin de cuentas, eternidad) y que para ellos había durado lo que un parpadeo, empezaron a sospechar que algo extraño estaba sucediendo.

Intentaron separarse pero les faltó la voluntad. Simplemente no querían. Estaban dulcemente atrapados en un beso interminable. Después de las horas pasaron los días, después de los días las semanas. Sintieron la debilidad propia de la inanición, la constricción de las necesidades más básicas. Pero no podían. No querían deshacer el beso en el que estaban ensimismados. El uno en el otro. Como dos Narcisos que se reconocían el uno en el deseo del otro.

Los encontró a las semanas el carpintero que había llevado al fin el mueble de la cocina. Algo sencillo para la pared que quedaba libre. Un espectáculo dantesco, fue la frase que eligió para describir lo que había presenciado. No tenía muy claro quién era Dante, pero le pareció de una forma intuitiva el adjetivo apropiado.

En el salón de los pasos perdidos, no pudiendo separarse y sin poder tampoco con el hambre, se habían devorado.

lunes, 1 de marzo de 2010

A quien corresponda, resumen de mi vida presente

Portada de Into the blue de Album leaf, que tocaron el sábado en la sala 12 y medio de Murcia y cuya música escucho mientras te escribo estas palabras.


He encontrado en la vida una serie de cosas que me hacen feliz, cosas que ya estaban y otras que tienen nombres nuevos, que tienen tu nombre también, tu formas, tus maneras. Y las mías, mis formas, mi manera de querer, de abrazar, de sentir tu cuerpo, de tocar a quien quiero, a los que quiero, de abrazarte, también, o las maneras de decir no, de poner peros, de sonreír cuando arde en el centro de todo mi corazón. Os quiero porque me quiero, les dije, te quiero a ti también por eso, porque mi amor es libre y tú eres el faro hacia el que fluye la luz láctea de mis deseos en una noche de niebla.

Ahora es tarde y me voy a dormir.

Poco a poco se van apagando los ordenadores, la televisión, el ruido, la violencia, el viento del alma, esa inquietud que recorre las galerías de la conciencia, y se enciende la música, esta paz, el olor de tu cuerpo, cada una de las luces que habitan tus ojos.

Cierro los míos y te veo.