El encargo era difícil. Lo había intentado varias veces sin mucho acierto. Había desplegado las fotos de la cámara polaroid sobre la mesa. Todas decoloradas, algo desenfocadas, descuadradas, nerviosas, daba igual, lo importante no era eso, lo importante eran las caras, los gestos, las impresiones primeras. El cliente quería saber cómo iba a ser su futuro, cómo iban a suceder los años siguientes, los acontecimientos más importantes de su vida, las hitos que marcarían los puntos de inflexión.
1 comentario:
Cuando se extendió la capacidad de viajar en el tiempo todo el mundo se tuvo que esforzar a tope para ganarse la vida. Como este fotógrafo.
Un abrazo
Publicar un comentario