miércoles, 28 de marzo de 2012

Pequeños robos necesarios

Declaración canica de Antonio Barroso. Robada de la revista Álbum.

Roben, pienso, por que les hará falta. Tengo un libro terminado, habla del robo, sin embargo, otro que tengo a medio hacer habla de los dones. En realidad, podría pensar que se trata del mismo libro, pero esa idea es tediosa y maniquea.

Esta mañana en la biblioteca he estado haciendo fotos a otras fotos. He hojeado el libro de Alberto García Alix, Lo más cerca que estuve del paraíso -yo amo las fotos de García Alix desde que vi Elena Mar odalisca en mi patio, sobre todo en las que no fotografía a famosos, las de ir por sitios de verdad-, también he plagiado con la cámara de mi móvil unas imágenes de Juan Gatti. Lo siento, con todo eso de la movida espero que no se moleste. Lo podría haber hecho en la galería donde están expuestas, pero vamos, ya nadie va a las galerías, todo está en internet y en las bibliotecas. En realidad siempre estuvo todo en las bibliotecas.

Foto de Juan Gatti, robada igualmente de Álbum.

Hace unos meses saqué Arrugas de Paco Roca. Esta mañana en la sección de la hemeroteca me he sentido como en el cómic, es una sala oblonga con un largo ventanal donde los ancianos trapichean con la prensa local. Cuánta ilustración en la tercera edad, aunque de lo que más se hablaba, casi todo hombres y se arrogaban el derecho de hablar en voz alta, era del repaso que le dio el real madrid a otro equipo anoche o antes de anoche, que al caso es lo mismo.

Y luego antes de irme a casa he mirado la revista Clarín donde he encontrado este poema, Cementerio de veteranos de Dana Gioia, que es un escritor y que es norteamericano,  traducido por Jesus Jiménez Domínguez:

Las ceremonias del día han terminado,
abandonadas al desfile del cuervo harapiento.
Las banderas se despliegan en la procesión de las orugas.
Las coronas caen sobre las lápidas ensombreciéndolas.

Qué discretamente se reúnen las palomas junto a la entrada
como almas que no tuvieran ni cielo ni averno.
La hierba reclama pacientemente su propiedad perdida
donde un ángel de piedra se erige en centinela.

Las voces que susurran en las hojas consumidas,
enfermizas y atroces, ¿qué pueden esperar
cuando cada estación se nutre de la anterior
y el verde del verano arde con el fuego del otoño?

El ocaso es un solitario hilo de luz
cosido a los jirones de un sauce deshojado,
mientras las ramas languidecen una a una
y el tiempo se riza como un papel que amarillea.

Obra de Xooang Choi robada de la revista Álbum.




 Elena Mar odalistca en mi patio de Alberto García Alix

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Lleva cuidado que se empieza robando fotos...
Saludos a libre disposición.

Jesús dijo...

Hola Antonio! Viendo la foto de García Alix, Elena Mar Odalisca en mi patio, comprendo que te enamore su estilo. El poema de Dana Gioia es muy bueno y me ha recordado a García Lorca en su libro "Poeta en Nueva York". Saludos.