© Ryan McGinley
Y ahora que has llegado,
¿qué podríamos no hacer?
El bosque aguarda en vilo,
no hay una línea
que defina los límites con claridad:
las ramas de los árboles sobre el cercado,
las farolas, su luz metálica.
Antes de ti la noche era un brocal
junto a los árboles del bosque,
y ahora es la caída y tu canción
y el tintineo de una piedra
que espera el fondo del abismo.
Pero, ¿existe el fondo del abismo?
1 comentario:
¡Ojalá no lleguemos a saberlo!
Salu2.
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