jueves, 10 de julio de 2014

Leyendo a Jaroslav Seifert

Cotilleando entre los libros de mi mujer en casa de sus padres me encontré con Breve antología de Jaroslav Seifert. Ella a su vez lo había encontrado en un puesto de libros de lance en Lo Pagán. No se lo he comentado, me ha parecido más hermoso imaginarla inclinada sobre una mesa atestada de libros, la misma donde hace un par de años compramos unos cómic de Corto Maltés, que han terminado destazados literalmente por la agresividad de la humedad marina y lo barato de la edición. Me la imagino así, su pelo ladeado hacia la izquierda, y no busco más constatación de la realidad. El libro de Jarozlav Seifert en su manos, la traducción de Clara Janés, el homenaje a Vladimir Holan. Joder, y para redondear la cosa entro en iberlibro y por primera vez encuentro un ejemplar de la Gruta de las palabras al que echarle mano. ¿Se puede pedir más una mañana de julio? Bueno sí, que el cardinal café ponga unos versos míos como le ha sucedido a Diego Sanchez Aguilar. 


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