martes, 15 de julio de 2008

Lectura en La puerta falsa



Hace muchos años, a finales de 1997, antes de editarse el libro El otoño encarnado de Ives de la Roca, un grupo de amigos asistimos a la cafetería La puerta falsa de Murcia para leer los poemas del autor hispano-francés que había excusado su ausencia por una enfermedad. Nadie sospechó lo que había detrás. Así empezó a vivir Ives de la Roca. Poco a poco tomó cuerpo como esas mentiras que a fuerza de repetirse se vuelven verdad.


Los cómplices: Ginés Sánchez, Raúl González, Fina Tafalla, yo y Javier Murcia.


La calle

Miro desde mi casa de Lubéron

El mercado, la gente gris

Con metáforas en la voz:

Jengibre, mirra, muérdago.

La alegría parece un juego fértil

Para este otoño de la edad.



Filemón y Baucis

Es lúdico que te ame,

Que en este piso la estrechez

Haga el roce.

Que yo no vea tu sepelio,

Que tú el mío tampoco,

Hemos convenido.

Es lúdico y amable

Que tú me ames,

Si acaso me amas.

Abres de par en par

Las puertas del balcón,

Y en esa claridad

Lees a Ovidio,

Das cobijo a los dioses.

Tal vez esté en su voluntad

Concedernos la vida que nos quede.

2 comentarios:

Anabel dijo...

Qué tiempos y qué jóvenes éramos todos entonces. Fue todo un espectáculo lleno de incógnitas entre un público masivo y despistado y además creo que hice yo esta la foto.

Antonio Aguilar dijo...

Usted lo ha hecho todo en mi vida.