Con el ojo en la lluvia (y con el oído)
Y con la piel.
Las diminutas andanadas
Sobre la superficie tersa y blanca y nueva
De los papeles.
Es ahora y fue ayer
Y mañana será.
Es la promesa del sabor
Los charcos que se mojan
Y adquieren visibilidad.
Mirarse de una forma entreverada
Con los ojos cerrados
Y escuchar una letanía de la infancia
Que aún nadie ha cantado.
5 comentarios:
Esas diminutas andanadas de la infancia, nos sirven de más mayores, vaya que sí.
Salu2, Antonio.
Con los ojos, me pido los ojos... ;-) Que hermosas poesías escribes!
Con los ojos, me pido los ojos... Qué hermosas poesías escribes!
Con los ojos, me pido los ojos... Qué hermosas poesías escribes!
NO HACE FALTA ABRIR LOS OJOS PARA VER CON ELLOS.
ESO ES LO QUE SE CREEN LOS MIOPES.
PRECIOSO POEMA
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