sábado, 24 de enero de 2009

Memoria del porvenir


La vida es un salón de pasos perdidos, un lugar donde hacemos tiempo mirando los horarios de los trenes o entretenidos simplemente en resolver los sudokus de los periódicos. Hoy no hace frío pero es invierno. El viento persiste en zarandear tu vida en un tiempo interino, en esta hora del duermevela a las nueve de la mañana de un día no laborable resguardado entre las sábanas.

Un rato más, te dices, un poco más en esta placidez. Tienes la boca seca. Has encendido la luz. Y luego has escuchado las voces de unos niños jugando, un sonido que se entremezcla con el del viento entre el cañaveral, entre los hilos de los tendederos que chocan unos contra otros. Diez y media de la mañana. Te has puesto a leer recostado sobre el almohadón blanco que huele a ti, solamente a ti.

No querrías hacer otra cosa. La mejor manera de pasar el tiempo. De pronto lo has sentido. Has mirado a tu lado, junto a la otra mesilla. Y has visto un cuerpo y cómo se desperezaba todo sonrisa, cómo se acercaba a ti, cómo apoyaba su cabeza en tu pecho y te frotaba levemente los hombros con su mano. Buenos días, tristeza, le has dicho.

Buenos días.

Y enseguida te has dado cuenta de que hoy era diferente, de que, pese a que quedaría mejor a tus intenciones poéticas, hoy no estás triste. No sabes quién es, pero sabes que te quiere, que tú también la habías querido mucho. Como esa anécdota sobre Dámaso Alonso, postrado, enfermo tal vez de alzhéimer. No sé quién eres, le dice a su mujer, pero sé que te he querido.

Así que reescribes el final de la entrada. Buenos días, porvenir, le has dicho.

Buenos días.

7 comentarios:

una pez payaso dijo...

La tristeza, a veces, es capaz de ahogar; otras simplemente no deja sitio a otros sentimientos, pero, por suerte, con la misma fuerza que un día nos ahogó, otro se marcha y nos deja...simplemente nos deja

¡¡Bienvenido sea el porvenir!!

Luna Miguel dijo...

muchas gracias





un saludo

churricos dijo...

Mi querido Bigardo, no puedo evitar un comentario a esta entrada.
Es símplemente la magia que imprimes en cada una de las palabras que tecleas en cada uno de tus post. Pero esta vez, no me voy a parar a pensar poqué, me ha emocionado mas que de costumbre.
Un abrazo.

Dyhego dijo...

¡Qué bien escribes, cacho perro!
D.M.

una pez payaso dijo...

Querido Padrinillo-primo, tu pregunta no es impertinente, más bien, es normal, totalmente normal.
Espero que mi respuesta haya estado a la altura de esta metáfora que es mi Hotel Anémona.
Para nada pretendo "tomarte el pelo", es un "guiño", para mantener el misterio, para que no se rompa la magia.
Esa magia de tener un primo terrestre y tu una prima pez.
La magia de acompañarte desde lo más profundo del océano.
Besos

Antonio Aguilar dijo...

Me abrumáis, pero tal vez me lo tenga merecido. Creo que voy haciendo nuevos amigos, unos anfibios, otros siderales, otros de aquí al lado, de Molina, de Santo Ángel, a los que tal vez no cuido lo suficiente.
Veis, también se puede ser feliz. Veo que la cosa tiene sus secretillos y que empiezo a encontrarlos.

Un abrazote.

fabiana alonso dijo...

el final me sugiere la película "IRIS" si no la han visto no se la pierdan.
al Lic Aguilar... debe ser agradable tener bibliotecas a la disposición de uno.
(sabés mi casa es una biblioteca)