La noche de los domingos es una noche breve, extraña. No es más que un parpadeo. Las cosas que pasan la noche de los domingos no suelen ser referidas en las historias, son simplemente cosas que pasan. El domingo por la noche preparé la comida del lunes, te dices, o el domingo por la noche escuché la radio hasta que pude conciliar el sueño, cosas así, sin importancia en apariencia.
Nunca pasa nada un domingo por la noche. Ni siquiera esta entrada.
Nunca pasa nada un domingo por la noche. Ni siquiera esta entrada.
10 comentarios:
PERRETE:
Por eso son ideales para perpetrar ideas con alevosía, nocturnidad y embelecos varios, jeje.
Salu2
Pero dichas noches pueden aprovecharse para evadirse un rato y descubrir, por ejemplo, la Luna Llena.
Yo en la noche del domingo vi la última de Woody (peliculón), actualicé mi blog y tuve extraños sueños. Jajaja.
También se le dan vueltas a la cabeza, pero eso, un domingo por la noche, es inevitable.
¡Salud, Antonio!
Hola amigos. Se ve que podríamos hacer un inventario de cosas para las noches de los domingos, se ve que ir a ver Thor, por ejemplo, en vez de la última de Allen, no fue lo más propicio para apreciar luego la belleza de la luna, será.
Pues eso, ¿qué podríamos hacer los domingos por la noche?
Un abrazo.
Las noches de domingo son eternas, interminables como una pesadilla kafkiana.
Llevas razón cuando dices que no pasa nada los domingos por la noche, pero tal vez sea porque muchas veces nos dedicamos simplemente a esperar a que llegue el lunes. Y el lunes llega y olvidamos que lo habíamos esperado nerviosos, con impaciencia. Así se puede pasar la vida, como cualquier domingo por la noche, y ni enterarte. Felices domingos futuros. BdB
Quizás ciertas asociaciones no sean azarosas. Me pregunto ahora si leí la Carta a mi padre de Kafka un domingo por la noche. Es posible. Tal vez de esa manera, y ya no son horas de ir dejando mensajes, di sentido a una larga o breve noche de domingo.
Veo un ambiente lóbrego por aquí... En las noches dominicales también se puede encontrar belleza, y más ahora que empiezan aflorar las flores (quería redundar, jaja)... Se puede leer a Kafka un domingo por la noche en un parque y, seguro, que la perspectiva cambiará a hacerlo en tu casa.
Y lo dice uno que normalmente, utiliza la noche del domingo, para realizar el tortuoso viaje a la rutina universitaria en Valencia, pero como esta semana tengo "vacaciones" estoy de mejor humor... No me preguntéis el domingo que viene.
En cuanto a qué se puede hacer un domingo por la noche, propongo que todos respondamos, y a lo un-dos-tres, yo empiezo con algo ya citado: LEER A KAFKA EN UN PARQUE.
(Veréis como se os ocurren cosas que pueden convertirla en una noche de placer y provecho). Jajaja.
¡Salud!
Para mi lo absurdo es la tarde del domingo... en cambio la noche suelo aprovecharla para leer o ver alguna peli, como dicen por ahí, la última de Woody Allen (fantástica).
Yo propongo, como plan para un domingo por la noche, regalarnos unos minutos en cualquier descampado, terraza, azotea o similar para mirar las estrellas y reflexionar un poquito.
Un saludo Antonio! Espero que te vaya todo bien! :)
O también pasar por la puerta de alguien que todavía nos provoca pudor, pavor, temor, terror, (la puerta, digo, porque las puertas siempre esconden algo detrás, las personas no siempre) o escuchar a Bunbury.
Gracias, puntos suspensivos.
Tomás, ¿a quién más podríamos leer los domingos por la noche?
¡A Lorca! y si es recitando apasionadamente todo el Romancero Gitano a las doce de la noche en mitad de una calle, parque, descampado o terraza (como dice la otra. Jaja), ¡mejor!
Lo de escuchar a Bunbury tampoco es mala idea.
¡Salud!
Publicar un comentario