viernes, 20 de mayo de 2011

Eufemismos y perversiones 2


PERVERSIÓN

Cada día se hace más difícil ser ciudadano en un país como España. Las calles están llenas de caretos descoloridos, ni siquiera ya nos tomamos la molestia de dibujarles un bigote o decorarlos obscenamente, un photoshop en condiciones. Se lo decía el otro día a mi hijo , mientras dejaba sobre la mesa un spray, a ver si picaba, a ver si por eso de llevarme la contraria le daba por salir a la calle y hacer un Basquiat sobre el careto de Valcárcel o la jeta de la Retegui. Pero nada.

Me miró de soslayo, sin hacerme mucho caso. No, papá, me dijo, que eso ya no se puede hacer, que ahora son ellos los que te sacan el dedo como diciéndote que te den por el culo o hacen ruedas de prensa sin prensa, los que dicen barbaridades y te obligan a comer entre exabruptos.

Ah, perdona, le dije, no lo sabía. Alabé su actitud política y volvimos a nuestros quehaceres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

XIV
ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ

Niños del mundo,
si cae España —digo, es un decir—
si cae
del cielo abajo su antebrazo que asen,
en cabestro, dos láminas terrestres;
niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
¡qué temprano en el sol lo que os decía!
¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!
¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!

¡Niños del mundo, está
la madre España con su vientre a cuestas;
está nuestra madre con sus férulas,
está madre y maestra,
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!

Si cae —digo, es un decir— si cae
España, de la tierra para abajo,
niños ¡cómo vais a cesar de crecer!
¡cómo va a castigar el año al mes!
¡cómo van a quedarse en diez los dientes,
en palote el diptongo, la medalla en llanto!
¡Cómo va el corderillo a continuar
atado por la pata al gran tintero!
¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto
hasta la letra en que nació la pena!

Niños,
hijos de los guerreros, entre tanto,
bajad la voz que España está ahora mismo repartiendo
la energía entre el reino animal,
las florecillas, los cometas y los hombres.
¡Bajad la voz, que está
en su rigor, que es grande, sin saber
qué hacer, y está en su mano
la calavera, aquella de la trenza;
la calavera, aquella de la vida!

¡Bajad la voz, os digo;
bajad la voz, el canto de las sílabas, el llanto
de la materia y el rumor menos de las pirámides, y aun
el de las sienes que andan con dos piedras!
¡Bajad el aliento, y si
el antebrazo baja,
si las férulas suenan, si es la noche,
si el cielo cabe en dos limbos terrestres,
si hay ruido en el sonido de las puertas,
si tardo,
si no veis a nadie, si os asustan
los lápices sin punta, si la madre
España cae —digo, es un decir—,
salid, niños, del mundo; id a buscarla!...

César Vallejo