martes, 20 de enero de 2009

La hora de la guardia


Cuadro de Vilhem Hammershoi


Onda Regional. La radio se mueve (105.3 fm)
Miércoles, 21/01/09


Los martes tengo mi hora de guardia de biblioteca. Es una guardia muy fácil, porque los libros apenas se mueven, no molestan, salvo que los abras, entonces ya es otra cosa. Son guardias silenciosas las de los martes. Me bajo con mi ordenador -siempre se baja para ir a las bibliotecas, no sé si por alguna analogía con el Hades de los griegos- y hago cosas del instituto, que para eso, creo, me pagan. A veces miro de soslayo los anaqueles. Cuánto enemigo latente. Miro esos bosques de palabras verticales, árboles de pie azuzados por el viento de la curiosidad.

He estado en varias bibliotecas, quizás la que más me gustó fue la del Museo Británico, tan... redonda. No sé porqué, las biblitecas que más me gustan son redondas, como la de la UNED de Madrid, con unos círculos concéntricos en cada planta a los que se asoman los puestos de lectura. Un recuerdo especial guardo para la de Win Wenders y su Cielo sobre Berlín, con esos ángeles detrás de los lectores, atentos a los susurros que se escapa de sus labios, a sus palabras. Eso me recuerda, y hablando de bibliotecas no podría eludirlo, a Alberto Manguel y su Una historia de la lectura, otra biblioteca.

Y he llegado a la conclusión de que una biblioteca es un tema personal. Yo he empezado a ver la mía con otros ojos. Ahora que se avecina mudanza he empezado a considerar lo importante que se me ha vuelto este espacio. Tal vez le falte una conexión a internet para ser verdaderamente un lugar feliz, pero me gusta tal como es, tan sencilla con ese botín que he ido juntando durante tanto tiempo. Un espacio personal, mi biografía de estos años, quién he sido y quién podría haber sido.

Estos días me acucia esta idea. Tal vez por eso la deje tal y como está cuando me mude y siga mi camino ligero de equipaje, tal vez uno o dos libros, pero de esos que aún están por leer.

6 comentarios:

Joseóscar dijo...

Lástima que algunos te hayamos obligado a hacer guardias menos agradables, esta semana.

[emoticono perro-teniente risitas]
[emoticono sacando la lengua]

Tucuman 846 dijo...

Bibliotecas redondas, circulares, inacabables e inabarcables: bibliotecas borgianas, ójala no encuentres en ellas el temible libro de arena.
Abrazos.

una pez payaso dijo...

En la maleta lo imprescindible-y lo imborrable-, pero hay que dejar gueco para llenarla con las cosas del nuevo lugar.

una pez payaso dijo...

También se puede viajar con la maleta llena.
Un día,colocaremos nuevos libros en ella.
Y no nos daremos ni cuenta de que ya hay espacio.

una pez payaso dijo...

Menudo bochorno!!!!
¿Gueco?...falta la diéresis...comillas..o sobra la G...y en todo caso ha sido una errata de novata...
Al leer la entrada, reconocí sensaciones, vividas y "viviéndolas".
Lo transmitías de una forma sencilla, sutil, muy hermosa.
Que me llenó de valor para hacer algo que nunca he hecho (bueno,si, lo he hecho una vez)escribir un comentario en tu blog.
Al cabo de un rato de contraseñas, reconocimiento de letras y más letras...la inspiración mudó a desesperación...
Y no me di cuenta de esa palabrita que hace daño a la vista.
Señor Aguilar, mis más sinceras disculpas!!!
PD.Aquí, bajo el mar la ortografía es una de las materias más respetadas.

Antonio Aguilar dijo...

Bajo el mar, como los personajes de la película de Disney, las cosas se ven de otra manera. No te preocupes, a veces la espontaneidad se paga, pero creo que este es un medio que se presta a ello. Me tomé el "gueco" como un guiño. No tiene importancia. Muchas gracias por escribirme. Te espero por aquí.