Como en Murcia los escritores siempre hemos estado solos, he decidido exiliarme, al menos literariamente. Así que a partir de ahora dejo de ser un escritor murciano. Dejo Murcia y emigro tal vez al lugar de donde partieron con la llegada del frío los primeros vencejos que ahora revolotean por estas calles meridionales y que ya empiezan a serme algo ajeno, o tal vez emigre a algún lugar fantástico, una isla imaginaria, una ciudad con mar, con seres improbables.
Escribiré un anuncio por palabras en el periódico: "Busco piso diáfano, con vistas al puerto".
Dice José Carlos Llop que vivir en una ciudad con puerto te hace ser de una forma especial y añade que a un mallorquín no lo engaña un chino en Shangái. Y yo podría cumplir esas dos condiciones: podría soñar con vivir en una isla y estar prevenido -en el caso de viajar a Shangái-contra los chinos que te la quieren dar con queso.
Escribiré un anuncio por palabras en el periódico: "Busco piso diáfano, con vistas al puerto".
Dice José Carlos Llop que vivir en una ciudad con puerto te hace ser de una forma especial y añade que a un mallorquín no lo engaña un chino en Shangái. Y yo podría cumplir esas dos condiciones: podría soñar con vivir en una isla y estar prevenido -en el caso de viajar a Shangái-contra los chinos que te la quieren dar con queso.
2 comentarios:
¡Suerte!
Dos peligros tienen los escritores. Uno: utilizar lugares comunes (blanca nieve, espectáculo dantesco, territorios del alma y cosas así). Dos: que le pongan etiqueta (escritor novel, murciano, joven, barroco, cristiano, nini).
¡No te nos exilies más, hombre, que te nos fuiste de las fuentes a los marquesados! ¿Ahora te nos quieres ir a una isla, a un puerto o al mismísimo Sanjái -le oí decir a una ministra muy ministra-?
Siempre buscando lugares donde no estuviste...
Salu2, perrete.
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