miércoles, 12 de mayo de 2010

We love parties


Es cierto que ahora me estoy metiendo en un problema. Siguen pasando los días, y a qué velocidad. No devuelvo las llamadas, no hago caso de los avisos de los cobradores, voy y vengo a mi albur, hoy es miércoles y lo mismo podría ser jueves o lunes, qué más da. La vida lleva un ritmo frenético y yo no sé cómo pararlo, tampoco tengo muy claro que quisiera hacerlo. El lunes recito, dos días después ya no lo hago, tengo planes y los deshago o se deshacen y los veo desaparecer como una nube de humo. Hoy estoy aquí, dentro de unas horas dios sabe dónde. Llevo poco equipaje: esta sensación de ser alguien y tus ojos prendidos con un imperdible, rosa de mis vientos. Lo demás va y viene, como todo.

Y mientras, no encuentro tiempo para seguir escribiendo sobre Charly García, sobre Marjane Satrapi, sobre las relaciones poéticas de la multiculturalidad, pero sucederá, el día 24 llegará y llegará con él su noche y qué va a suceder entonces. Quiero hablar con Soren y no encuentro los teléfonos para hacerlo, quiero y quiero y los días se me quedan pequeños. Leo una novela de Vila-Matas que no termina de gustarme, le daré cien páginas más, leo un cómic cuando desayuno, dos poemas antes de acostarme y escribo ahora esto, a ritmo frenético y todo porque no quiero hacerme cargo ahora mismo del e-mail que acabo de leer, de un e-mail que seguramente lo va a precipitar todo:

"Es usted un insolente. Israel existe. ¿Pero está usted seguro de su propia existencia?"

Y yo con toda mi ingenuidad me miro y me encuentro delgado, alérgico, espiritualizado, pero estoy, dios mío, estoy, ¿pero será suficiente estar para ser? ¿Por qué no prestaría más atención en las clases de filosofía?

1 comentario:

Dyhego dijo...

Primero conjuga el verbo "ser" en presente de indicativo, primera persona del singular, con convicción, creyéndotelo, vamos. Y después vendrá todo lo demás.
Salu2.